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Todo lo que necesitas saber sobre el parvovirus canino

Se trata con seguridad de la infección vírica más común que afecta a los perros, sobretodo a cachorros o perros jóvenes que no han tenido un correcto plan vacunal. En la mayoría de casos es necesario un tratamiento intensivo de sostén, de no ser así puede conducir a la muerte del animal en pocos días.

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¿Qué es parvovirus canino?

El parvovirus es un virus de pequeño tamaño que puede afectar a perros de cualquier edad, pero la sintomatología es especialmente grave en perros jóvenes y cachorros.

Afecta principalmente a las células intestinales, provocando una destrucción masiva de las microvellosidades del intestino delgado.

El mayor riesgo de infección para los cachorros sucede a partir de las 6 semanas de edad, momento en que las defensas obtenidas a través de la leche materna empiezan a disminuir.

La morbilidad del virus también es muy alta, resistiendo muchas condiciones ambientales diferentes, lo que favorece la diseminación de la enfermedad y un rápido contagio.

¿Cómo se transmite?

La vía de contagio sucede a través de heces de animales que han contraído esta infección. Los primeros síntomas pueden aparecer 5 días después del contacto con el virus.

Por tanto, el virus puede transmitirse de forma directa, por contacto de un animal sano con otro enfermo (sintomático o no) o de forma indirecta, al tener contacto con las heces de ese perro enfermo, orina u otras secreciones. Incluso nosotros podemos contagiar a nuestro cachorro si tenemos contacto con otro enfermo y no nos lavamos correctamente.

¿Qué síntomas son provocados por la parvovirus?

Los síntomas pueden ser variados, pero lo más habitual es la aparición de problemas digestivos:

  • Vómitos: primero biliosos o de espuma, para pasar a ser de color rojizo por alteración de la mucosa digestiva, incluso de sangre fresca;
  • Pérdida de apetito;
  • Depresión;
  • Fiebre, sobretodo al inicio del proceso. La temperatura puede permanecer normal o, en ocasiones, más baja de lo normal (<38ºC);
  • Diarrea que pasa de líquida a sanguinolenta, normalmente de color rojo oscuro en el caso de sangre digerida, pero también de sangre fresca (rojiza). Olor característico;
  • Deshidratación severa causada por los vómitos y diarrea constantes;
  • En caso más graves puede haber problemas cardíacos;
  • Anemia y problemas respiratorios;
  • Nivel de glóbulos blancos disminuye en casos graves (mal pronóstico);
  • Shock y muerte cachorros débiles o muy jóvenes (miocarditis).

Tratamiento:

Al tratarse de una infección vírica no existe tratamiento específico, por lo que el tratamiento será de soporte y encaminado a prevenir las infecciones bacterianas secundarias que puedan aparecer y evitar la deshidratación del animal.

Será necesaria la hospitalización del animal, con administración constante de fluídos para evitar deshidratación y pérdida de electrolitos. Importantes son los fármacos para el control de los vómitos y diarrea, protectores de estómago. Se deben usar antibióticos para evitar posibles complicaciones.

Si el animal no admite su pienso habitual, será necesario la administración intravenosa de la cantidad de vitaminas y glucosa adecuadas. Los primeros 3-4 días son los más críticos. Una vez cesen los vómitos es importante la introducción paulatina de agua y alimentos, usando una dieta específica de fácil digestión.

Si el animal supera la enfermedad, éste formará defensas contra el virus (como los animales vacunados correctamente) aunque puede excretar cantidades variables de virus a través de sus heces durante semanas, resultando un foco de contagio para otros perros.

¿Cómo prevenirlo?

La forma más efectiva y rápida de prevenir esta enfermedad (y otras de tipo infeccioso) es siguiendo un adecuado plan vacunal. A partir de las 6 semanas de vida puede comenzar la vacunación contra parvovirus, siendo necesaria una revacunación a partir de las 12 semanas y revacunación anual posterior para mantener el nivel adecuado de anticuerpos.

Antes de empezar con la vacunación es importante que el cachorro sea correctamente revisado y desparasitado, si el animal presenta otros problemas como parásitos intestinales u otras infecciones más leves, la vacuna no será tan efectiva como si el animal está totalmente sano en ese momento.

Seguir una correcta alimentación con pienso de cachorro ayudará a que el perro tenga un adecuado sistema inmune.

Se recomienda no acercar al cachorro a otros perros que no estén correctamente vacunados, así como llevarlo a zonas con alta afluencia de perros (parques caninos) hasta que no se finalice el plan vacunal.

Irene Martínes
Médica Veterinaria

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